jueves, 23 de julio de 2015

¡NOS VAMOS DE EXCURSIÓN AL HUERTO!




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Miércoles por la mañana, últimos días de cole y semana cultural, qué mejor actividad que irnos de excursión al Huerto de la Cornisa? Alrededor de 50 peques (los más peques del cole), las profesoras y unos padres y madres voluntarios del Vázquez de Mella salimos de excursión hacia el huerto: todos de la mano y en fila india. Llegamos: Hala, qué de plantas! Qué grandes! Pero si a este parque vengo yo!

image1.JPGHacemos 3 grupos para entrar por orden y poder explicarles dónde estamos y qué vamos a ver. Nos sentamos a la sombra en el saloncito del huerto y les contamos que un grupo de gente del barrio ha venido a trabajar para construir este huerto y cuidarlo entre todos.
Primero la compostera: Qué mal huele! Pero si hay basura! Algunos peques que han conocido el huerto desde el principio y han hecho talleres allí, les cuentan a sus compañeros lo que se puede y no se puede echar en el compostera (más o menos…), lo que no se creen del todo es que luego, ”todo eso” va a servir de abono para que las plantitas estén mucho más fuertes y bonitas.

Luego nos metemos entre los bancales: Mira, ya hay tomates! Aunque todavía están verdes y no se pueden coger… Y también hay algún calabacín pequeñito al que es complicado ver entre las hojas tan grandes. Por último vemos el bancal que han plantado algunos de ellos y vemos las lechugas (alguno se atreve a probar un trocito: Sabe a lechuga! (y eso que no viene limpita y metida en una bolsa ;-)…). Les encantan los girasoles, que están enormes, aunque no se creen que de ahí salgan pipas… Nos tomamos unas galletas a la sombra, bebemos agua y cuando empieza a apretar el calor volvemos al cole.

 Ha sido una mañana muy divertida y los peques han aprendido y visto cosas que, de otra manera, les hubiera sido muy difícil de ver en pleno centro de Madrid.*

¡VIVA EL HUERTO DE LA CORNISA!

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*Nota de la que escribe: Muchas gracias a todos los que, de una forma u otra, han ayudado a que el Huerto de la Cornisa sea una realidad, es una gozada ver cómo trabajáis y el buen rollo que tenéis. El centro de Madrid ahora es mucho más bonito!

 

martes, 14 de julio de 2015

Sábado en el huerto

A estas alturas de julio y con este calor poco a poco los efectivos var mermando. Lo paradójico es que cuanto más y mejor es la cosecha, menos hortelanos quedan. Todos se han ido de vacaciones... ¿Todoooooooo? No. Un grupo de irreductibles galos quedan todavía para cuidar del huerto y dar buen provecho a las hortalizas.

Floren es un tío serio. Sabe que, al igual que Raúl va a misa todos los domingos, él debe cuidar del huerto como si fuera su hija. No es para menos. Víctor también sabe que no pueden fallar en el cuidado de la plantas. Este es nuestro barrio, es nuestro parque y saben que el huerto, aunque no da la felicidad, hacen un poco más bonita y vivible La Latina. Un par de chavales entran y se comen un puñado de tomates cherry.

Celeste ha recuperado el sueño pucelano de cada semana. Se mantiene en sus trece: aunque la teletransporten, no va a ir al trabajo desde el Cercanías de Sol. Es una tía de principios. Ángela también lo es. Hoy tampoco la va a sonar el móvil porque sabe que las ondas electromagnéticas le sientan mal a las plantas. Tras una dura jornada, la cosecha va llenando las cestas de la concurrencia. Llega Merche. Miramos al cielo y vemos moverse la Luna hacia Venus.
Víctor, un hortelano aristotélico: sin esfuerzo, no ha ni sabiduría ni cosecha
Anochece. Las viandas van colocándose encima de la mesa. Hay de todo. Se ha cocinado con amor y eso es lo único que importa. El menú es inmejorable: berenjenas blancas rellenas de arroz negro; crema fría de calabacín a la hierbabuena; Salteado hortelano de seitán y tofu con hortalizas, champiñón y pasta; musaka de calabacín y queso de cabra con tomates cherrys; Pastel de espinacas con salsa de queso roquefort, acompañado de pimientos confitados y brotes de alfalfa; Coca de pimientos, berenjena, calabacín, camagrocs y romero... No falta de nada. Y para beber cava brut ecológico, vino blanco ecológico de Rueda, licor de grosella del bosque encantado y gintonic al pepino hipster.

Las barrigas van saciándose al tiempo que la conversación se anima. En un momento dado, Raúl, siempre tan sentimental, tiene un momento para el recuerdo de los que han ido a hacer músculo en el gemelo, a los esforzados de la carretera andaluza. "¿Les irá bien?" se preocupa Antonio SuperCompost. No hay problema, van bien pertrechados contra la necesidad:
- Si hace falta alojamiento, Manu llevará un buen cargamento de palets en las alforjas y es capaz de construir un bungalow junto a la playa.
- Si hay hambre, Esther lleva trece kilos de morcilla patatera, panceta de leche y queso de los Ibores.
- Si hace frío, Talma tiene tres forros polares, una manta palentina, dos abrigos para la nieve y un par de edredones nórdicos.
- Si hace calor, Marta tiene, en el transportín, una terraza de 200 m2 donde poder dormir fresquitos
- Si la gente está de poco humor, no hay más que dirigirse a Almu y te carga las pilas
- Si la gente está demasiado callada, ahí está Carlos
- Y si esto fuera poco... han llevado refuerzos de otros huertos como a Gala, Aida, Abel...
- Además..., Merche irá en breve por si hay que poner orden...

Son las 3 de la mañana. El tiempo ha pasado lentamente, pero a toda leche. Se está bien en nuestro huerto: el huerto del barrio. No lo cambiamos por nada. Lo hemos construido con nuestro sudor y con nuestras manos. Y con la ayuda de todos. Dentro de poco más. Y así hasta el infinito.

Cena opípara en el huerto